Existe una razón por la que no debes dejar encendida la calefacción de tu coche con el motor a ralentí. Evitando esta práctica podrás salvarte de una avería, además de que reducirás el consumo de combustible y las emisiones de partículas contaminantes a la atmósfera.
Su funcionamiento es bastante sencillo, más incluso que el del aire acondicionado,sin embargo, aunque apenas tiene mantenimiento más allá de sustituir el filtro antipolen de forma periódica, su uso con el motor del coche a ralentí reporta algunos riesgos:
Lo primero que debes tener en cuenta es que el sistema de climatización de un coche no está pensado para funcionar con el vehículo estacionado, tanto si está conectada la calefacción como el aire acondicionado. El sistema ha sido diseñado para que funcione a la vez que se utiliza el coche, es decir, mientras se conduce, lo que permite optimizar su funcionamiento sin poner en riesgo la integridad de ningún componente del motor, como puede ser el compresor de aire acondicionado o el sistema de refrigeración.
En el caso específico de la calefacción, usarla en el coche cuando el vehículo está parado con el motor a ralentí conlleva el desgaste prematuro de algunos componentes internos del motor, ya que el sistema de calefacción priva de la presión necesaria al funcionamiento de la bomba de aceite, lo que reduce su capacidad de lubricar estas partes móviles del propulsor.
También supone, además de funcionar con menor lubricación, que aumente la temperatura de estos componentes, obligando al sistema de refrigeración a ejercer una carga de trabajo superior a la habitual. Según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), no es recomendable encender la calefacción cuando el coche está estacionado y, de hacerlo, debes mantener la temperatura entre los 19 y los 22 grados para no obligar al sistema a trabajar con mayor carga.