Desde Aeca-ITV explican por qué este tipo de inspecciones técnicas pueden ser muy útiles no solo a la hora de adquirir un vehículo de ocasión, sino también antes de realizar un viaje por carretera.
Se trata de un tipo de inspección técnica que puede ser completa (si así lo solicita el interesado), como la que se realiza de forma obligatoria y periódica a todos los vehículos, o parcial, lo que quiere decir que únicamente se comprueba el correcto funcionamiento de algún elemento o sistema específico del vehículo, por ejemplo, el de frenos, dirección o emisiones.
Este tipo de inspecciones suelen tener un coste menor al de una ITV periódica y obligatoria y no afecta su fecha de caducidad. Además, permite al conductor conocer si su vehículo se encuentra en las condiciones correctas para poder emprender un viaje por carretera de forma segura.
La ITV voluntaria también puede ser de gran ayuda a la hora de adquirir un vehículo de segunda mano. Es una herramienta que permite asegurar al comprador que el coche que va a adquirir se encuentra en buen estado y al vendedor le permite ofrecer una garantía del buen funcionamiento del vehículo.
En algunas ocasiones los automóviles usados pueden presentar problemas complejos que no se detectan a simple vista y que únicamente se pueden ver a través de una comprobación completa como la que realizan las estaciones de ITV que incluye: el motor, el alumbrado, los frenos, las emisiones de gases, entre otros sistemas. También, a través de este tipo de inspecciones, se puede detectar, por ejemplo, si el vehículo tiene alguna reforma no legalizada. En este tipo de inspecciones voluntarias, si se detecta algún defecto grave o muy grave, habrá que subsanarlo y volver a la estación ITV para que se verifique que ha sido corregido.
Fuente: https://www.posventa.info/texto-diario/mostrar/3853260/itv-voluntaria